Reinos de Irkalla
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La princesa Mimada

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Mensaje  Khanne Sáb Nov 26, 2011 2:41 am

El herrumbroso y feo cartel de “La princesa Mimada” anunciaba que ya habíamos llegado a nuestro destino. La taberna no era muy grande, pero ésa al menos era la única que podías comer sin correr el peligro de perder los intestinos por indigestión. La gente no dejaba de observar con curiosidad a mi nueva acompañante y sinceramente, desconozco si es porque nunca han visto una elfa tan flacucha, o por su torpe andar.

Ignorando completamente los estúpidos comentarios sobre mi y la “pobre elfa indefensa” que me acompaña abrí la puerta de la taberna, nada más entrar el intenso olor a cerveza y sobre todo a carne asada hace gruñir mi estómago como una fiera salvaje. Para variar al seguirme Tinu, todos los ojos se posaron en ella, di un resoplido de hastío y me dirigí a una de las mesas más apartadas de la multitud haciendo oídos sordos de sus opiniones.

Una mujer estaba cantando en un improvisado entarimado al lado de la barra haciendo que los murmullos fueran menos molestos, aunque su voz era bastante gruesa para cantar al menos era soportable y no desentonaba. Dos hombres la acompañaban, uno era exageradamente feo y escuálido que tocaba la guitarra, y el otro… no dejaba de moverse afeminadamente tocando una ridícula pandereta.

Cogí una silla y acerqué otra para poder apoyar mis pies, ni bien me senté vi como el tabernero vino corriendo hacia mí con cara de pocos amigos, arremangándose su camisa dispuesto a echarme a patadas de ahí, así que antes de que abriera la boca le interrumpí.

- Paga ella. - Aclare alzando las manos y señalando a Tinu con la cabeza.

Ante mis palabras el gordo tabernero se volteó boquiabierto hacia ella, creo que él ha sido el único estúpido de toda la taberna que ni cuenta se dio de que me acompañaba.

- Deja de babear a mi jefa y tráeme una ración doble de carne asada y una cerveza. - Ordené con burla acomodándome en mi asiento.

Vi divertido como se mordía la lengua tratando de no insultarme, su espeso bigote parecía un felpudo tembloroso, estaba apretando sus gordos puños con fuerza conteniéndose a duras penas haciendo que mi sonrisa se ensanchara aún más, me dio la espalda aún temblando de furia dejándome ver su calva y se dispuso a hablarle a Tinu.

- Bienvenida a La princesa Mimada, ¿qué desea tomar señorita? - Preguntó haciendo una pequeña reverencia.
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Mensaje  Tinuviel Miér Nov 30, 2011 6:53 am

Salimos en busca de una posada para poder comer, ya que tanto Khanne como yo estábamos muertos de hambre, aunque seguro él más al ver las condiciones en que vive. Pensé. El camino era el típico camino de una villa campesina, de tierra y con bastantes piedras, me había costado mucho trabajo andar para llegar a casa de Khanne y ahora, por lo que parecía estaba bastante retirada, Khanne caminaba con paso seguro y algo apresurado hacia nuestro destino, mientras mis piernas no me daban para andar más.

De momento nos detuvimos, Khanne paso hacia el umbral de aquel establecimiento, La princesa mimada, menudo nombre pensé. El lugar se veía "decente", algo cálido y con toque de hogar, noté muchas miradas posadas en mi persona al entrar, cosa que me puso muy nerviosa, pero al notar la seguridad de mi acompañante, traté de relajarme. Al parecer Khanne ya tenía un historial "amplio" con la gente del lugar, comencé a escuchar susurros.

- pobre elfa - decía. - ¿por qué está tan escuálida? - Escuché.

A decir verdad, nunca me había preocupado mucho mi aspecto exterior, siempre me habían inculcado mis maestros en la belleza interior, olvidaba que los humanos eran tan superficiales, suspiré, y al poco escuche los resoplidos de Khanne en señal de molestia algo despreocupada. Al final, escogió la mesa que se encontraba al fondo de la taberna, con seguridad para tratarnos de apartar de los ojos vigilantes de los comensales matutinos del momento.

Con poca reverencia veo que Khanne se pone "cómodo" y al poco tiempo el tabernero se acerca con mirada algo incómoda y antes de que pudiera pronunciar alguna palabra, Khanne se adelanta y me señala a mí. De momento no presto mucha atención a lo que dice, pero al parecer por el contexto parece ser que ha dado a entender algo de la paga del almuerzo del momento, veo que el tabernero se gira en mi dirección y me hace una reverencia invitándome a sentarme y ordenar.

Tomo un asiento enfrente de mi acompañante, ya que sus finos modales muestran que está ocupando dos asientos y no estoy con las energías de regañarle por subir los pies en una silla.

- Creo que mi acompañante ya ordenó, le pediré un poco de té caliente y fruta si no es mucha molestia - dije sonriendo y asintiendo con mi cabeza. Vi como se retiraba el tabernero rumbo a la cocina.

- Bueno Khanne - Lo miré fijamente - Come todo lo que quieras hasta saciarte. - sonreí - Que por el dinero no te preocupes, ya que estés bien comido y bebido me gustaría que habláramos de los pormenores de nuestro siguiente destino.
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Mensaje  Khanne Jue Dic 01, 2011 5:40 am

Me estiré con pereza intentando desentumecer mis músculos echando la silla para atrás, haciendo que me sostuviera con 2 de sus patas. Aunque al escuchar el pedido de Tinu casi me caigo al suelo.

- ¡¿Sólo vas a comer eso?! - Pregunté sorprendido. No me extraña que sea tan flacucha si solo se alimenta de fruta. Pensé mirándola de arriba abajo.

Nada mas irse el obeso tabernero Tinu me observó sonriente, diciéndome que comiera y bebiera hasta saciarme y, una vez estuviera lleno me hablaría del siguiente destino.

- No soy un crío… - Respondí rodando los ojos. - He llegado ha estar semanas sin comer y no he muerto por eso, ni me ha impedido escuchar ni pensar, así que ya puedes ir diciendo que es lo que tienes en mente. - Ni terminé de hablar cuando por puro instinto me agaché, esquivando una enorme y pesada bandeja que estaba peligrosamente cerca de mi cabeza.

- Aquí tienen sus pedidos. - Interrumpió el tabernero casi golpeándome con la bandeja.

Nada más puso el humeante plato de carne asada en la mesa, el gordo y repelente tabernero desapareció de mi visión. Así que sin pedir permiso ni esperar que se fuera ya estaba saboreando un buen pedazo de costilla.

- Mira a ese delincuente, pobre elfa… Está manteniendo a un vago… ¿Cómo la habrá engañado? -

Nada mas escuché ese comentario, escupí el hueso ya limpio de la suculenta costilla con gran precisión, dándole en plena cabeza a la estúpida mujer que estaba detrás de Tinu. Al escuchar su quejido molesto no pude sino sonreír con burla.

- Vuelve a abrir tu gran boca y el próximo hueso te lo tragas entero. - Advertí cogiendo otra costilla y mirándola fijamente.

Sin dejar de comer rebusqué con una mano en mi saco, sacando con facilidad un viejo mapa. Así que cogiendo otro pedazo de la deliciosa carne, me incorporé extendiendo el mapa sobre la mesa de tal forma que quedara frente a ella. Una vez puesto en la mesa volví a sentarme.

- Bueno, tú dirás cual es nuestro próximo destino. - Dije dando un largo trago de la espumosa cerveza.
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Mensaje  Tinuviel Sáb Abr 28, 2012 3:36 am

Noto como mi acompañante engulle su comida con tal desesperación que los cerdos comen más elegantemente que él, no siento más que pena al imaginar realmente cuantos días o semanas tendría sin comer. Pobrecillo Khanne pensé.

Me encuentro esperando mi desayuno, del cual Khanne se asombró previamente, ya que es normal que el resto de las personas consideren que mi estilo de alimentación es algo "pobre", pero debido a mi entrenamiento, estoy habituada a purificar tanto mi cuerpo como mi espíritu y procuro comidas ligeras, para mantenerme lejos de la pesadez de "cuerpo y alma".

De repente, atraviesa una especie de proyectil al lado de mi cabeza, poquito más y me roza una oreja, sentí como atravesaba mis cabellos, y a los pocos segundos noto un grito de una mujer a mis espaldas, acto seguido Khanne, alias el "buscapleitos" le advierte y amenaza a la agredida con hacerle tragar un hueso si continúa con su cotilleo sobre nosotros. La verdad es que no se si sentirme halagada, ya que en "teoría", está actuando como el príncipe azul rescatando a la damisela de las habladurías, pero como siempre, noto que no es nada convencional con sus métodos. Hago caso omiso a su comportamiento y lo veo con ojos daga, dándole a entender que pare y se "comporte".

Veo que abre un viejo saco, parte de su "gran" equipaje y extrae un viejo mapa, lo extiende sobre la mesa y me ve fijamente, preguntándome sobre nuestro siguiente destino.

-A decir verdad, no tengo mayores pistas sobre el altercado que sucedió en aquel entonces donde murieron mis padres. Pero nuestro primer destino será ir al Desierto de Sangre y de ahí al Oasis de las Lagrimas, sé que es una zona bastante inhóspita, pero ahí hay una capilla donde hay un padre que conozco que puede saber algo y nos puede orientar.-

-Son varios días de camino, pero a buen paso llegaremos en 2 semanas aproximadamente, he de comunicarte que no puedo andar demasiado, ni a pie, ni a caballo, mi cuerpo, lamentablemente, es algo frágil, pero mi voluntad es mucha es por lo mismo que debemos de estar parando cada cierto tiempo a descansar, espero que esto no te incomode Khanne- dije bajando mi mirada algo triste

-Claro sin olvidar pasar por mi equipaje y algo de víveres previos al viaje, que estamos en ceros y no tenemos nada, pero se que al estar contigo voy a estar muy segura- lo miré con una gran sonrisa y grandes expectativas

Apenas había terminado de decir palabra cuando aprecié que el tabernero se acercaba a tropezones hacia nuestra mesa, con elegante floritura e inclinándose torpemente hacia mi colocó un plato de fruta y una taza de humeante té negro, asentí con la cabeza y me dispuse a comenzar a comer.
Observé de reojo a Khanne y disimuladamente arrimé un par de frutas hacia su lugar -De seguro aún tiene hambre.- pensé. Sonreí ampliamente y se me escapó una suave pero discreta risa. Solo espero que todo marche a la perfección y este liante no nos meta en "demasiados" apuros, bueno, que va, ¡a comer se ha dicho!


Última edición por Tinuviel el Lun Abr 30, 2012 2:05 pm, editado 1 vez
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Mensaje  Khanne Lun Abr 30, 2012 12:30 am

- ¡Eh, tráeme otra cerveza! - Ordené al tabernero mostrándole mi jarra vacía llamando la atención de varios curiosos.

Veo como Tinu apenas le echa una mirada al mapa para luego decirme que no tiene ninguna pista sobre el asesino de sus padres. Genial, a este paso acabaremos antes de empezar. Pensé dando un resoplido apoyando totalmente la espalda en la silla, para poco después añadir como si nada que vayamos nada menos que al Desierto de Cristal, y de ahí al Oasis de las lágrimas… A buscar una ¿capilla?

- No jodas que tenemos que ir a buscar una mierda de sacerdote… - Gruñí muy molesto ante la idea, dejando a un lado mi plato ya casi vacío para observarla con recelo. Sus mejillas estaban aún sonrosadas al confesar que apenas tenía la resistencia para aguantar el viaje, haciéndome dar un bufido cruzándome de brazos para mirarla fijamente a los ojos.

- Mira, me importa una mierda que tardemos 2 semanas o 2 años, pero yo me niego a acercarme a una maldita capilla en ningún momento, ¿ha quedado claro? - Dije intentando controlar mi furia al recordar al viejo.

Apenas mencionó que habíamos de ir por su equipaje el gordo tabernero se dispuso a entregarle el “desayuno” a Tinu, si es que se le puede llamar así a comer solo frutas y té. Alcé una ceja al ver como elegantemente torpe la servía, haciéndome soltar un par de sonoras carcajadas. Éste se giró hacia mí dejando con un golpe fuerte y seco la jarra de cerveza al depositarla en la mesa.

- Menos mal que son tus jarras gordinflón. - Me burlé viéndolo irse totalmente cabreado murmurando varios insultos hacia mi persona.

El sonido melodioso de la risa de Tinu me llamó la atención, viendo que la tonta había acercado un par de melocotones a mi plato. Suspiré con resignación ante su sorprendente gentileza, sintiendo como el cabreo se iba poco a poco ante la tímida sonrisa de la elfa.

- En fin, espero que al menos sepas como defenderte si sale algún imprevisto. - Murmuré viéndola empezar a comer una manzana.

Sin mucho mas por hacer, me dispuse a terminar lo que quedaba de carne asada, devolviéndole la fruta.

- Llénate bien, nos espera un duro camino. -
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Mensaje  Tinuviel Lun Abr 30, 2012 1:04 am

Es evidente que el tabernero es un barbero de lo peor, es notoria la diferencia de trato entre Khanne y yo, cosa que me parece injusta, ¿por qué juzgar a alguien por su apariencia?, se que Khanne se ve rudo, pero en el fondo aún conserva aquel niño inocente y lleno de ternura que alguna vez llegué a cargar entre mis brazos.

Me preocupa algo la sobre reacción de Khanne ante el simple hecho de mencionar que vamos a ir a una capilla, pareciera un gato al que se le va a bañar. Siempre recuerdo al maestro Zelus con mucho cariño, un hombre profundamente religioso, siempre al pendiente de su comunidad, lleno de piedad y ternura.

Cuando Khanne llegó a nuestras vidas, era una tarde en la cual el maestro me había encargado estudiar una serie de textos (bastante aburridos por cierto), me encontraba sumergida en mi lectura cuando escuche unos pasos y lo vi entrar por el umbral del cuarto con un pequeño niño entre sus brazos, apenas se movía o lloraba debido al frío que hacía en aquel otoño, se escuchaba el aullar del viento azotando contra las ventanas, el crujir de las hojas y el estremecer de las ramas de los árboles era notorio, una noche triste y gélida.

-Me he encontrado este niño en mi paseo por el bosque esta tarde, al parecer lo han abandonado.- me dijo el maestro en un tono preocupado y sombrío.

La habitación se encontraba en penumbra, apenas un par de velas iluminaban suavemente las paredes, en aquella escaza luz nuestros ojos se encontraron y en aquellos días de juventud, creo no haber comprendido muchas cosas, pero pude notar algo de preocupación en sus ojos. Es claro que no presté mucha atención, y fui a su encuentro para conocer al recién llegado; cual sería mi sorpresa que al tratarme de acercar noté que tenía las orejas ligeramente puntiagudas, aunque no tanto como los elfos comunes, ¿será un semielfo? Quise tomarlo entre mis brazos y el maestro dio un paso atrás. Extrañada le pregunte porque no me dejaba cargarlo y me dijo que tenía que revisar si estaba herido, y que yo aún no había aprendido lo suficiente para sanarle. Como todo buen humano, él cree que la seguridad de sus palabras es hecho suficiente para que yo crea que me dice la verdad, pero mi instinto me dice que miente. Al ver que no es bienvenida mi presencia en la habitación tomo mis libros de estudio, hago una cara de cansancio y me retiro a mi habitación. Este hecho siempre me dejo una duda muy fuerte sobre la reacción del maestro, había algo raro y especial en ese niño, pero fue un tema que siempre evitó.

Me quedé un momento en blanco recordando aquellos momentos, cuando de repente, escucho que Khanne menciona algo de que no le importa el tiempo que nos tome llegar a nuestro destino, cosa que me hace sentir aliviada, de seguro lo hace apropósito pensé.

Khanne continua diciéndome que ojalá y sepa defenderme si llegase a suceder algo, como se nota que olvidó que soy bastante buena con el arco, ya que de chicos nos gustaba jugar a "atraviesa la manzana sobre la cabeza de Khanne", cosa que siempre me reprochó el maestro y era habitual una reprimenda, acto seguido solo nos reíamos y corríamos para evitar el castigo, vaya tiempos aquellos. Qué triste, me dije.

Khanne me regresó la fruta, ¿desde cuándo es caballeroso?, si jure que me mordisquearía la mano con la manzana que intentaba comer en ese momento. Una vez terminado mi desayuno saque una pequeña talega de uno de los compartimentos de mi cinturón extraje un par de monedas de oro y empujando elegantemente la silla me puse en pie, mire de reojo a Khanne y le hice un ademán con la mano en señal de retirarnos.

- Espero hayas comido suficiente y estés lleno de energía. - le dije

Aunque a decir verdad, yo me sentía bastante cansada de haber estado dando tantas vueltas en el pueblo toda la mañana, y encima no había podido dormir bien del cabreo que tenía con el Abad por exigirme tener un guardaespaldas.

Suspiro profundamente y sin que se diera cuenta deslicé un pequeño pañuelo de mi manga secándome el sudor frío que corría sobre mi frente, me puse la capa y me coloqué la capucha, posiblemente así podría disimular el malestar que tenía, no quería que Khanne se preocupase. Torpemente bajé el escalón de la entrada de la taberna, me sujeté un poco en el marco del umbral y respiré profundamente para recuperar el aliento, me sentía algo mareada y cansada, pero seguro Khanne aún no se percata de la situación.

-No te preocupes, mi equipaje es relativamente ligero.- le guiñé un ojo y sonreí -Te sorprenderías si supieras.- añadí y reí suavemente.
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Mensaje  Khanne Lun Abr 30, 2012 11:33 pm

Apenas terminé lo que quedaba de la carne asada observé sin disimulo nuestro alrededor, hace rato que siento una penetrante mirada hacia nosotros y no se trata de la morsa gigante del tabernero. Aprovechando que Tinu está con la mirada perdida, cogí mi jarra de cerveza para disimular mi nuevo escrutinio mientras pongo todos mis sentidos en alerta.

Es obvio que la gente da por sentado que ella es mi “pobre víctima de algún engaño para mantenerme” o a saber cuántas cosas se imaginarán más, pero hasta este momento no me había dado cuenta de lo peligroso que podía significar para ella estar precisamente conmigo.

Nadie se ha molestado en averiguar que me tomo muy en serio mi trabajo y, desde el mismo momento que acepté ser su guarda espaldas soy incapaz de bajar la guardia. Además, no puedo olvidar el hecho de que ella dijo que “me recomendaron”… Eso precisamente me escama… ¿Quién será el descerebrado de poner a semejante elfa conmigo? Es más que obvio que apenas sabe nada del mundo exterior, sus gestos como su curiosidad y vergüenza la delatan. Nuestro pasado común no tiene nada que ver en esto, puesto que ni ella ni yo conocíamos nuestra identidad, de hecho apenas tengo unos pocos recuerdos difusos sobre ella en mi mente.

Por lo poco que ha dicho, el asesino de sus padres aprovechó, u organizó un altercado para matarlos, ¿aunque para qué? ¿qué beneficios podría traerle?

El movimiento de Tinu hace posar mi vista sobre ella nuevamente, viendo alucinado como saca un par de relucientes monedas de oro incorporándose poco después.

- ¿Estás loca? - Gruñí en voz baja recogiendo las monedas de un rápido zarpazo.

Me levanté despacio apurando lo que quedaba de cerveza para dejar la jarra ya vacía en la mesa sin quitarle la vista de encima. Era terriblemente estúpida e inocente al ser tan generosa en una simple taberna local, como alguien vea que por un simple desayuno da 2 monedas de oro vamos a tener a medio pueblo persiguiéndonos.

Di un suspiro de cansancio al darme cuenta que Tinu ya se había puesto su capa con capucha y todo alejándose torpemente de mi, así que dándome la vuelta me encaré al gordo tabernero.

- ¡Eh gordinflón! ¡Hoy es tú día de suerte! - Le grité atrayendo todas las miradas para después lanzarle una de las monedas de oro.

Espero que esto desvíe la atención sobre ella. Pensé saliendo con aire despreocupado, escuchando todos los murmullos que había generado mi espectáculo.

Veo como Tinu me espera en la entrada, respirando profundamente para sonreírme al verme e informarme sobre su “ligero” equipaje.

- Claro, claro… Como si una mujer llevara POCO equipaje. - Me burlé pasando por su lado, entregándole la moneda de oro que guardé.

- No enseñes tu dinero con tanta facilidad mujer… - Le advertí en voz baja. - Y menos en un pueblucho como este. - Añadí adelantándome unos pasos para detenerme poco después.

- Tú dirás donde vamos “jefa”. - Le dije con sarcasmo.

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