Un nuevo dia

No habia perdido de vista a aquella encapuchada desde que entro en la taberna, al impedir que mirase su rostro solo significaban dos cosas, o se ocultaba de alguien, o se ocultaba de todos. Dentro mio esperaba que no cause ningun tipo de problema, al menos no estando mi hija tan expuesta, por lo que deje que ella siguiera cargando cubetas o ayudando en la cocina en ves de atender las mesas.

- Que no sea uno de esos dias... - Suspire preocupado.

Y fué alli cuando entro aquel hombre encapuchado a mi taberna, casi de mi altura y guerrero tal vez, o almenos el leve ruido q producia mientras caminaba era del mismisimo acero. Fue mi hija la que se topo con él para atenderlo, se ruborizo bastante temo decir para mi agrado, pero tenia que comprender que ella era joven y por su trabajo no tuvo mucho tiempo para hombres que digamos.

¿Que hace un miembro de los Fenix Negros por estos lados? Me pregunte cuando los movimientos del encapuchado dejaron ver el emblema.

Era una duda que me inquietaba, pero por otro lado, me sentia mas tranquilo al ver que la encapuchada era su conocida.

- Si trabajan mas rapido les dejare beber una copa - Pronuncie levemente a los cocineros para levantar su animo. Despues de todo, muchos hombres hacen cualquier cosa por un trago de alcohol.



Amnesia y Slade sigue en: Pétalos de una rosa negra