Una vista perfecta

Había pasado varias noches caminando entre medio de la espesura de la vegetación, envuelto en mi fina y elaborada capa del color negro labrada en hilos de seda carmesí, con mi rostro cubierto y mis pertenencias en un mundano morral, caminaba evitando los caminos transitados solo para estar mas a gusto y a solas con la naturaleza, el silencio y sus ruidos son una de las pocas cosas que calman mi persona.
La luna estaba en su plenitud, iluminando calidamente las copas de los árboles sobre el cielo cubierto y salpicado de estrellas. Posiblemente estaba perdido, pero solo podría definirlo así si tuviera decidido donde ir, en realidad no tenia rumbo, solo me había apartado en un viaje para despejar mi mente y mis labores como líder de Los Fénix Negros.

Esta humedad en el aire...

Camine unos pasos mas, siguiendo esa fresca esencia que envolvía el lugar. Allí estaba, un hermoso lago al cual lo atravesaba un estrecho y delicado puente, la vegetación tenía un brillo singular, las flores y los árboles parecían llenos de vida, el agua cristalina y calma reflejaba el cielo como si de un espejo se tratara. La luna no perdía su belleza, se la podía ver completa, no habían árboles que obstaculizaran mi visión, había esperado noches para encontrar un lugar así, Encantado, esa palabra era propia del lugar, parecía como si la magia hubiera puesto sus manos sobre este precioso y pequeño lago.
No dude en sentarme a los pies de un árbol y admirar la belleza natural que me rodeaba, todo era perfecto, mi calma comenzaba a notarse.

Avancé con seguridad entre la oscuridad de la espesura del bosque con mi daga desenfundada, observando con atención todo mi alrededor. El susurro del viento me trae las fragancias de las flores y plantas cercanas meciendo mis blancos cabellos, desparramándolos por encima de la capa.

Una vez localizado mi objetivo sonrío satisfecha, realmente este bosque es ideal. Me acerco sin hacer el menor ruido, estando alerta de calcular bien el peso de mis pisadas para que las ramas a mis pies no se partan delatando mi presencia.

De un golpe rápido y seco parto un buen puñado de muerteflor sin alertar al dormido tejón repantigado tranquilamente en el suelo. Calculo mentalmente la cantidad de la peligrosa planta para poder tener mi apreciado veneno durante unos meses, y la escondo con agilidad en una bolsa atada a mi cinturón.

Calma... Solo ella recorría mi cuerpo. Respire profundamente conteniendo el aliento por unos segundos para luego relajar cada fibra de mis músculos. Afloje mi cinturón para dejar caer mis espadas al suelo mientras me sacaba la capucha que cubría mi plateada cabellera.

- Ahora podemos mirarnos mutuamente - Susurre levemente a la luna mientras mis ojos perdían su esencia en ella.

Coloque mi gastado morral a mi lado mientras la fresca brisa acariciaba mi cara.
Como disfrutaba el hecho de estar alejado de los problemas, confío en mis generales, de otra manera no hubiese partido sin rumbo de mi cargo.

Tome una pequeña piedra que yacía a mi lado para luego arrojarla sobre la superficie calma del lago. Las ondas que se crearon bailaban entre ellas chocándose y expandiéndose para luego esfumarse en la distancia.

Un débil chapoteo en el lago me pone en alerta, con rapidez me interno entre las sombras escondiéndome de miradas ajenas y uso la infravisión.
Avanzo despacio por los alrededores del lago, con la daga bien sujeta para poder arrojarla contra cualquier criatura hostil si me veo en problemas.

Observo con atención el puente y las orillas del lago pero no veo nada sospechoso, tan solo algún que otro animal.

Que extraño... ¿algún pájaro tal vez?

Ante la hermosa vista de las aguas cristalinas del lago guardo la daga en mi bota y avanzo con curiosidad hacia la orilla.

Al salir de la oscura protección que me ofrecen los árboles, la luz de la luna daña mis sensibles ojos, así que los cierro cancelando la infravisión.

Ya habían pasado varios minutos desde que había llegado a esta espectacular zona, algunas horas quizás. Sinceramente perdí la noción del tiempo absorto en esta calma, pero podía sentir que estaba en el apogeo de la noche, la brisa era más fuerte, fresca gracias a la humedad que brindaba el agua. Algunas hojas de los árboles la acompañaban lentamente, las pocas criaturas vivientes que había en el lugar aun conservaban la calma a pesar de mi presencia. Todo estaba en armonía, todo era perfecto... o al menos eso parecía hasta el momento.
Divise a una delicada figura envuelta en tela negra salir de los árboles, una cabellera larga y plateada era acariciada por la brisa mientras se deslizaba ligeramente sobre la misma, podría llegar hasta decir que su pelo era aun mas plateado que el mío.

¿Algo de compañía?

Pude notar la ligereza en sus pisadas a pesar de los pocos pasos que vi dar. Una asesina quizás pensé internamente. Pero si lo hubiese sido me hubiera visto, cosa que parecía no haber ocurrido. Pero pareciera estar más precavida que una persona común.

- Bonita noche ¿no es así? - Mencione con calma mirando hacia la luna y elevando algo mi voz para que pudiera escucharme claramente, mientras deslizaba mi mano izquierda bajo mi capa tomando la espada que se encontraba en el suelo. Precaución, solo era eso.

Abrí los ojos sobresaltada, desenfundando por instinto mis espadas cortas del cinturón apuntándolas hacia la voz.

Ante mi se encontraba un joven de apariencia tranquila envuelto en una capa negra, de pálidos cabellos y aún mas pálida piel.

- Pero... ¿de donde demonios has salido tu?- Pregunté alarmada.

¡He rastreado toda la zona y no estaba! Dudo que haya caído del cielo, además... Por su musculatura diría que es un guerrero, aunque esa palidez... ¿estará enfermo?

La curiosidad me corroía con fuerza obligándome a no apartar la mirada de él.

¿Tendré mal los ojos? pensé aturdida. ¿Un fantasma tal vez?

Me acerco con cautela hacia él sin esconder mi sorpresa y curiosidad.

Joder, hoy no me he tomado ni una cerveza, que yo sepa las alucinaciones las provoca el alcohol... No la falta de el...

Con algo de temor apunto mi dedo índice hacia él.

Si estoy alucinando o es un fantasma ahora mismo lo sabré.

Ella se había volteado rápido, escuche el muy notorio sonido del metal de sus espadas desenfundándose, mi visión periférica no me fallaba.
Dirigí mi atención a ella, note su piel oscura. Cabello largo y plateado, y ahora su color de piel, seguramente se trataba de una Drow.
Su voz exaltada me exigió respuestas, definitivamente estaba sorprendida por alguna razón.

- ¿yo? - Pregunte retóricamente - Estuve sentado aquí desde hace tiempo, simplemente observo esta magnifica vista - Pronunciaba aun manteniendo mi calma

Notaba confusión en su cuerpo, no apartaba su mirada de mi. Comenzó a acercarse lentamente, ¿que tramaba? prepare mi mano para desenfundar mi espada si era necesario. Pero para mi sorpresa ella extendió su mano para dirigir su dedo hacia mí. ¿Acaso se trataba de una broma?

- No te lo recomiendo - Dije fríamente al ver su dedo acercarse aun mas - No si no quieres perder tu mano - terminaba mis palabras mientras la miraba con una fría y perturbadora decisión en mi mirada.

- ¿Eres real?- Susurro sorprendida.

Veo como cambia su mirada volviéndose fría y amenazadora haciéndome reaccionar tanto de mi ridícula postura como de mi actitud.

Genial, realmente soy genial. Si no ha salido corriendo solo al reconocer mi raza ahora pensará que soy anormal.

Siento arder mis mejillas y tan solo rezo para que mi oscura piel no se ponga púrpura. Cojo un poco de aire y aparto mi dedo de él, observándolo aun aturdida.

- Eres demasiado pálido ¿sabes?- Comento mirándolo avergonzada.

Era la primera ves que veía a un Drow reaccionar así, sinceramente debo decir que estaba algo atónito con la situación.

- Claro que soy real - conteste algo dubtativo.

Por un momento me perdí en la confusión de su mirada, aun sujetaba mi espada como si la estuviera por atacar aunque eso no estaba en mis planes.
Ella tomo aire y aparto su dedo de mi, aun no quitaba su mirada de mi ser, ¿acaso pensaría que era una ilusión?, aunque ello no era muy relevante, no para mi.

- Y tu piel es un tanto oscura - Dije con algo de sarcasmo en mis palabras, evite decirle que era un Vampiro, aunque la gran mayoría de nosotros son seres sanguinarios, no significa que todos seamos iguales.
- Uno no elije su color de piel, tu mas que nada sabrás de ello. - Dije comprensivamente, el trato hacia los Drows es bastante peculiar en este mundo.

No era la clase de persona, si así puedo llamarme, que juzgaba a los demás seres por su raza. Preferiría juzgarla en el combate antes que por un simple estereotipo racial.
Afloje la mano que sujetaba la espada, no parecía necesitarla, pero aun así no aparte la distancia a ella.

Sonrío ante su comentario y sobretodo por su educado comportamiento.

Al menos la única descerebrada parezco ser yo. Pensé enfundando mis espadas con agilidad.

– Disculpa mi comportamiento, pero como habrás notado me has sorprendido y créeme que es bastante difícil conseguirlo.- Digo alzando mis manos ahora desnudas abriendo la capa con los codos para que pueda ver claramente las espadas en mis caderas.

- No voy a atacarte, a no ser que me hagas cambiar de opinión.- comento guiñándole un ojo mientras saco la lengua.

Aunque no parece ir armado puedo sentir que no esta para nada indefenso. En fin, quien no arriesga no gana.

Sus expresiones cambiaron para bien, ya no notaba esa "precaución" en su cuerpo, aun desconocía la razón por la cual actuó de tal forma, pero su sonrisa relajo mi mirada.

- No tienes por que disculparte, quizás todo solo fue un malentendido - Dije serenamente mientras apartaba con la mano que sujetaba la espada la capa que me ayudaba a cubrir mis dos espadas.
- Yo tampoco lo haré - Dije con algo de gracia en el tono de voz pero sin perder la seriedad de mi rostro mientras revelaba mis preciadas pertenencias.

Encontraba algo familiar en ella, llevaba con sigo un aroma peculiar, me hacia recordar a uno de mis mas allegados Hermanos*

- Disculpa por mi reacción, pero no podía tomarte a la ligera. - Decía ajustando mi cinturón. Luego me puse de pie lentamente para no alterarla, definitivamente ninguno de los dos se fiaba del otro.
- Mi nombre es Slade - Me había presentado con una pequeña reverencia de formalidad, luego la mire a los ojos y note que era mas pequeña de lo que parecía.

* Se refiere a Los Fénix Negros, no por que tuviera algún hermano de sangre.

Un malentendido, o bien que me estoy quedando ciega. Pensé frotándome los ojos preocupada.

Al escuchar sus disculpas no puedo reprimir una sonora carcajada por su “reacción” si supiera la de veces que me han atacado, insultado, y despreciado simplemente por el color de mi piel.

- No te ofendas, no me estoy riendo de ti.- Aclaro alzando nuevamente mis manos antes de crear otro mal entendido. – Pero es que se me hace muy divertido que me pidas disculpas cuando he sido yo quien casi te salta al cuello.-

Ante su presentación y sobretodo al ver como hace una leve reverencia me ruborizo furiosamente. Creo que es el primer ser humano que me trata como un igual pensé aturdida.

- Esto... Mucho gusto Slade.- Digo rascándome la mejilla nerviosa.- No recuerdo mi nombre, pero puedes llamarme Amnesia.- Añado inclinándome educadamente.

Estoy empezando a preocuparme seriamente por mi visión... ¿acaso no tiene un ojo de cada color?

De repente una carcajada lleno el pequeño lago, cuando pensaba que el ambiente parecía normal termino siendo lo contrario. Aun no podía comprender su comportamiento.
Luego se explico y justifico su acción, pero sus ultimas palabras me llamaron la atención "...cuando eh sido yo quien casi te salta al cuello", por un momento creí esas palabras mías.

Una pequeña sonrisa espontánea se asomo a mi rostro para irse al instante. No tome personal su reír, solo lo deje pasar.

- El gusto es mío Amnesia, pero yo también iba a atacarte, no hubiese dudado en hacerlo - Dije lo ultimo sin modestia, tenia pensado cortarle la mano como bien había dicho para luego inutilizar su cuerpo antes de que moviera la otra.

Aunque me resultaba intrigante el hecho de que me haya dicho que no recordaba su nombre, me impresionaba mas su comportamiento, en mis largos años nunca había visto a un Drow comportarse tan natural y de tal manera. Diría hasta que si no fuera capas de ver nunca hubiese pensado que de un Drow se tratara. Y pensar que a pesar de su naturalidad es juzgada sin siquiera conocerla. Y aunque todo esto solo sea un simple engaño no puedo dejar de pensar que a veces, los dioses son crueles con las criaturas que habitan este mundo.

Lejos de asustarme al escuchar que iba a atacarme también, la calma y sinceridad con la que se expresa me hace sonreír.

- Apuesto a que no dudarías en arrancar cualquier parte de mi cuerpo con esas extrañas espadas que tienes.- Comento sonriente señalándolas con la cabeza.

Cierro mis ojos estirándome con pereza dejando que la brisa me envuelva. Soy consciente de mi aparente vulnerabilidad, pero por una persona que he encontrado que me habla con sinceridad...- Vale la pena arriesgarse.- susurro levemente.

Recuerdo cuando portaba esa misma felicidad en mi rostro. Pero eso fue hace mucho tiempo, fue mucho antes de formar a los Fénix Negros.
Ella estaba demasiado tranquila, quizás se sentía a gusto, pero me hacia pensar que quizás podía fiarme un poco mas de ella.

Aparentemente es demasiado descuidada

Pensé entre si al ver que se estiraba al mismo tiempo que cerraba los ojos. Pareciera esta disfrutando la brisa, ¿pero por que hacerlo frente a un desconocido armado? quizás yo sea demasiado perseguido, pero ella susurro... ella estaba consiente de lo que hacia. Parte de mi quería alegrarse, solo una parte.

- A veces me gustaría estar en esta tranquilidad por siempre - Decía caminando hacia al lago hasta quedar de espaldas a ella. - Aunque puede ser solo un mero sueño - Finalice mis palabras mirando nuevamente a la luna, en ella encontraba algo hipnotizante, algo que me hacia sentir aceptado.

Aún con los ojos cerrados siento como se acerca, andando lentamente hasta situarse frente a mí. Cuando poso mi vista sobre él veo que está de espaldas observando absorto la luna llena. ¿Una muestra de confianza? pensé sorprendida alzando una ceja.

- ¿Acaso importa?- Comento desviando mi mirada para observar el reflejo de la luna en las cristalinas aguas del lago.- Sino disfrutamos de cada pequeño instante cuando tenemos la oportunidad... Que sea real, o un sueño es el menor de nuestros problemas.

Por sus palabras parece que también ha sufrido bastante... Aunque ¿porque? es bastante pálido, pero también fuerte y atractivo... No creo que tenga problemas para integrarse con la gente a su alrededor.

- Puede que la tranquilidad no dure todo el tiempo que deseamos, pero gracias a eso podemos apreciar mejor estos instantes, ¿no crees?- Añadí mientras rebusco entre mis bolsillos.- ¡Aquí esta!- Digo sonriendo satisfecha al encontrar la pequeña botella.

- Desconozco tus gustos y costumbres ya que acabamos de conocernos, pero te hago saber que en esta botella tengo guardado uno de los mejores licores elficos que hay.- Explico mientras desenrosco con agilidad el tapón.- Ten presente que para mi es uno de mis mejores tesoros, ¿eh? No te puedes hacer una idea de lo que me costó rob-digo... conseguirlo, ¡eso!

Uf, casi meto la pata... Más de lo normal diría yo, ya que creo que esta noche he batido mi record en torpezas. Pensé nerviosa mientras doy un largo trago de la botella.

-Ahhh... ¡está de mueeerte! Toma, pruébalo.- Ofrezco sonriente acercándole mi preciada botella.

Sus palabras despertaban algo en mí que se encontraba dormido desde hace mucho tiempo. Quizás era el tono de su voz, o sus palabras tal vez, todo lo que pronunciaba me hacia recordar a "Ella", reprimí rápidamente esos recuerdos, no quería opacar esta magnifica noche, ni siquiera ofrecerle un momento de tristeza.

- Quizás tengas razón, debería disfrutar un poco mas - Dije profundamente, mas para mi que para sus oídos.

Me quede vagando en mis pensamientos unos segundos, casi ni prestaba atención a mi entorno. Sus palabras eran ciertas, y ello me la hacia recordar cada vez mas a "Ella".

Maldita sea

Pensé entre mi cuando su grito eufórico llamo mi atención. Me di vuelta y pude apreciar su esencia, la luz de la luna la bañaba en su plateada seda. Sus brillantes ojos rojos, su oscura pero delicada piel. Nunca había apreciado la belleza que poseen los elfos hasta este entonces.
Luego ella me ofreció un poco de su bebida, ¿Que hacer? quizás decirle mi verdad que no mencione desde un principio, dudaba en hacerlo, pero tampoco quería rechazarle el ofrecimiento.

- Aprecio esto, pero solo beberé un trago - Dije con gratitud mientras tomaba la botella que sostenía su pequeña manos. Empine dicha botella con toda naturalidad. Sentía el correr del líquido hasta que se toparon con mis labios, no bebí nada, solo simule hacerlo. Incluso hasta simule tragarlo, no quería que se diera cuenta de que no lo había echo y cada detalle era importante.

- Comprendo por que es uno de tus grandes tesoros - Mencione con naturalidad - Tal vez podamos beber hasta desfallecer alguna de estas noches, pero no podrá ser hoy - Extendí mis manos para devolverle su preciado licor, por dentro me gustaría haberlo probado, pero actualmente no estaba en condiciones de hacerlo.

Sonrío divertida ante su comentario ya que no parece ni por asomo de los que se quedan inconscientes por los efectos del alcohol.

Es curioso... pero al coger mi botella de sus grandes manos, siento como su mirada ha cambiado. Un brillo de tristeza y... ¿rencor? asoman por sus ojos.

Me quedo absorta perdiéndome en su peculiar color de ojos, uno rojo como los míos, y otro dorado haciendo resaltar la vertical cicatriz sobre el...

¿Como se habrá hecho esa herida? tiene que haberle causado mucho dolor... ¿podrá ver bien?

El contraste de mi oscura piel ante su palidez me hace reaccionar, alertándome de como sin darme cuenta mi cuerpo ha reaccionado por si solo poniéndome de puntillas, haciendo que mi mano traviesa casi rozara su rostro.

No puedo evitar dar un respingo al ser consciente de mi cercanía, sintiendo como me vuelven a arder furiosamente mis mejillas, así que desvío mi mirada hacia el lago poniendo rápidamente mis manos a mi espalda.

¿Pero qué narices me pasa? Solo e tomado un trago... ¡UNO! Es imposible que el alcohol me haya subido a la cabeza... ¡si ni tiempo le a dado a llegar al estomago!

Sonrió delicadamente, tomo la botella que le había devuelto y quedo absorta mirándome mientras se perdía en mi rostro. Seguramente le había llamado la atención la singularidad mis ojos, siempre era un motivo de observación, incluso mas que mi cicatriz.
No me importaba que los vieran, ya me había acostumbrado a ello, pero luego ella extendió su mano, pareciera que quería tocarme, incluso casi lo hizo. Que estaría pensando, ¿por que? el brillo de sus ojos habían cambiado. Luego sin darme cuenta me perdí en su figura, pero de repente la figura de "Ella" se antepuso sobre Amnesia. Ya no podía soportarlo, ya suficiente molesto estaba por el echo de no haber comido en noches...
Ya no prestaba atención a muchas cosas ya estaba completamente perdido en el pasado.

- Lo siento - Susurre lentamente mientras colocaba mi capucha y me encaminaba rápidamente a lo oscuro del bosque. - No es nada personal, al contrario... es por tu bien el que me retire. - Fui sincero. Si seguía con esta situación quizás cometa errores que quisiera evitar. Era lo mejor para ambos.

Escucho su disculpa dejándome más aturdida aún... Veo como se pone la capucha prácticamente huyendo de mi, adentrándose hacia la espesura del bosque con rapidez.

- ¡Genial, por una vez que puedes tener una conversación con alguien vas y lo asustas con tus tonterías! - Gruñí sentándome de brazos cruzados en una piedra.

Me toco las mejillas y aún las siento ardiendo. Aff ¿porque narices tengo que ponerme tan nerviosa? Pensé mientras guardo mi preciado licor en el bolsillo de mi pantalón.

Veo como se aproxima el amanecer, así que me sujeto el cabello con una mano mientras subo la capucha de mi capa con la otra, ocultando completamente mi blanco cabello y bajándola hasta proteger mis ojos de los próximos rayos de sol.

Miro hacia la espesura del bosque y no puedo evitar que una sonrisa aparezca otra vez en mis labios.

- Ha sido un placer conocerte Slade, espero que nos volvamos a encontrar algún día. - Digo en voz alta haciendo una reverencia al bosque, para dar media vuelta y emprender nuevamente mi camino.

Me apresure a adentrarme en la oscuridad que me brindaba el bosque, me apoye de espaldas contra un árbol robusto, y exhale todo el aire que me quedaba, gire mi cuerpo para ver aquello que había dejado atrás, la mire por unos segundos antes de volver a dar media vuelta y seguir caminando. No me quedaba otra opción, no quería lastimarla.

Debo comer algo pronto...

Pensé entre si, dentro de algunas horas ya no podría controlarme, me arriesgue demasiado pero ella no estaba en mis planes.
Escuche su saludo, lo escuche con claridad a pesar de la distancia, sonreí por dentro "Quizás algún día vuelva a verla" pensé, o al menos era algo que quería que sucediera.



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